jueves, 18 de enero de 2018

Las comunidades judías durante la E.M.en la Península Ibérica


Tres distintas comunidades religiosas y culturales conviven en la Península Ibérica en la Edad Media: los cristianos, los musulmanes y los judíos.
Muchas ciudades medievales, tanto en Al-Andalus como cristianas, poseen importantes núcleos de población judías. Se dedicaban a distintas profesiones, como médicos, prestamistas o científicos.
Vivían dentro de la misma ciudad, pero separados en distintos barrios o juderías. Además de esta separación, debían de pagar impuestos especiales. Poseían cierto grado de autonomía administrativa y judicial. Poseían sus propios templos o sinagogas donde realizar sus cultos.
La convivencia con los cristianos pasó por momentos de paz y por momentos de enfrentamientos. Así a lo largo del siglo XIV, juderías de distintas ciudades fueron asaltadas y destruidas por cristianos, produciéndose el cruel asesinato de muchos judíos que no quisieron convertirse a la fe cristiana.

Así describe Ildefonso Falcones cómo pudo ser el asalto a la judería de la ciudad de Barcelona en el siglo XIV en su novela "Los Herederos de La Tierra":

La judería de Barcelona, como muchas otras no era una ciudad  dentro de la propia ciudad...alojaba en su interior a cerca de cuatro mil personas que se hacinaban en un espacio insuficiente...Pese a ello la judería contaba con cinco sinagogas y escuelas...también tenía baños, alhóndigas, carnicería y pescadería, el hospital para pobres...Todo ello abigarrado, aprovechando hasta el último palmo de suelo...o de vuelo, con innumerables puentes o pasadizos habitables sobre las calles que unían unas casas con otas y que impedían el paso del sol a unas callejuelas de por sí oscuras. La comunidad judía era propiedad del rey, al que pagaba una cantidad fija anual en concepto de impuestos...Por privilegio real se regían a través de un secretario y un consejo, regulaban su funcionamiento interno, vivían conforme a las leyes y calendarios hebreos, administraban su propia justicia y practicaban su fe.
(...)
Muchos ciudadanos acudían hasta donde los castellanos, pero no para pelear. Se entremetían en el grupo y vociferaban también. Se formó una multitud. Mientra Hugo se acercaba, el gentío convino en sus gritos:
-¡Herejes!
Hugo se echó a temblar . Solo podía ser...
-¡A la judería!
-¡Acabemos con los judíos!
(...)De repente se encontró cautivo entre la muchedumbre, armada con palos, cuchillos y algunas espadas que sobresalían por encima de las cabezas y con los brazos alzados al cielo clamando sangre.
-Una compañía de soldados del veguer está apostada en la plaza en defensa de los judíos.-dijo alguien.
-Eso es porque seguro que están al tanto del asalto a la judería de Valencia de hace pocos días-aseveró otro-. Cuenta que allí murieron a centenares...
-Y otros tantos centenares de judíos valencianos se convirtieron a la verdadera fe-se oyó apostillar.
-Se cuenta que también han atacado a
la judería de Mallorca.
- ¡Barcelona no será menos!
(...)
Los salteadores reventaron las puertas de las casas para entrar en ellas a saco. Muy pronto los gritos de terror de los judíos se impusieron a los de los asaltantes, la mayoría de ellos entregados al robo y la rapiña
(...)
Despúes del saqueo e incendio de la judería durante aquel aciago sábado, 5 de agosto de 1391, las autoridades armaron compañías de ...ciudadanos que montaron guardia durante el domingo. Atrás quedaron más doscientos cincuenta judíos asesinados.