lunes, 23 de marzo de 2020

El Nacimiento de Venus





Autor: 1482-1485
Autor: Sandro Botticelli
Técnica: Temple sobre lienzo
Estilo: Renacimiento
Tamaño: 278,5 x 172,5 cm
Localización: Galería de Uffizi, Florencia



Introducción:
Es un cuadro realizado por el pintor renacentista Sandro Botticelli, una de las obras cumbre del maestro florentino y del Quattrocento italiano. Está ejecutado al temple sobre lienzo y mide 278,5 cm de ancho por 172,5 cm de alto. Se conserva en la Galería Uffizi, en Florencia.
Este cuadro fue en su tiempo una obra revolucionaria por cuanto presentaba sin tapujos un desnudo, así como un tema mitológico procedente de la cultura clásica grecorromana lo que suponía la plena aceptación  del nuevo humanismo renacentista alejado del oscurantismo medieval.
Fue pintada para un miembro de la familia Médici, para decorar uno de sus palacios de ocio en el campo.
Personaje principal: Venus. Es la diosa del amor y su nacimiento se debe a los genitales del dios Urano, cortados por su hijo Cronos y arrojados al mar.
El momento que presenta el artista es la llegada de la diosa, tras su nacimiento, a la isla de Citera, empujada por el viento como describe Homero, quien sirvió de fuente literaria para la obra de Botticelli. Venus aparece en el centro de la composición sobre una enorme concha; sus largos cabellos rubios cubren sus partes íntimas mientras que con su brazo derecho trata de taparse el pecho, repitiendo una postura típica en las estatuas romanas de las Venus Púdicas. La figura blanquecina se acompaña de Céfiro, el dios del viento, junto a Aura, la diosa de la brisa, enlazados ambos personajes en un estrecho abrazo. En la zona terrestre encontramos a una de las Horas, las diosas de las estaciones, en concreto de la primavera, ya que lleva su manto decorado con motivos florales. La Hora espera a la diosa para arroparla con un manto también floreado; las rosas caen junto a Venus ya que la tradición dice que surgieron con ella.

Técnicamente, Botticelli ha conseguido una figura magnífica aunque el modelado es algo duro, reforzando los contornos con una línea oscura, como si se tratara de una estatua clásica. De esta manera, el artista toma como referencia la Antigüedad a la hora de realizar sus trabajos. Los ropajes se pegan a los cuerpos, destacando todos y cada uno de los pliegues y los detalles. El resultado es sensacional pero las pinturas de Botticelli parecen algo frías e incluso primitivas.
Fuente: Wikipedia y Artehistoria.com



viernes, 6 de marzo de 2020

El descendimiento de la cruz



OBRA: El descendimiento de la cruz
AUTOR: Roger Van der Weyden
ESTILO: Gótico/Renacimiento
CRONOLOGÍA: s. XV
TÉCNICA/SOPORTE: Óleo sobre tabla
UBICACIÓN ACTUAL: Museo del Prado


Obra pintada por Roger Van der Weyden en 1453. Es un encargo del gremio de ballesteros de Lovaina (Bélgica).

Análisis de la obra: Está hecha en óleo sobre madera. Jesús aparece en el centro de la escena y está siendo descolgado de la cruz. En el centro también se encuentra la Virgen María, desmayada por el intenso dolor de ver a su hijo muerto, que está siendo sostenida por san Juan. María Magdalena entrecruza las manos mientras que detrás de ella un hombre sostiene un tarro para embalsamar el cadáver de Jesús.
En total hay 10 figuras pegadas unas a otras sobre un fondo dorado.

Técnica: Roger demuestra una técnica minuciosa con el uso de finas líneas para delimitar las figuras, así como el uso de un rico cromatismo predominando el rojo de la túnica de san Juan, el verde de una de las mujeres y el azul de la Virgen, así como el uso de la técnica del estofado (aplicación de una capa de oro sobre la que se pinta y luego se pule produciendo así destellos en las zonas que se quiere) sobre el manto de Nicodemo (judío importante y rico que mantiene un diálogo con Jesús en el Nuevo Testamento). La ropa es abundante, telas que caen formando pliegues y creando un efecto de sombras y luces. Roger se centra en el sufrimiento del momento y prescinde de los detalles superfluos, aunque aparecen unas hierbas y el cráneo de Adán sobre el que cae la sangre de Jesús. No hay elementos del paisaje. consigue un gran realismo dotando al rostro  de san Juan de una rojez propia del llanto, así como a la mujer que se encuentra de él.