El arte mesopotámico es una división cronológica que abarcaría desde el Neolítico (hacia el VI milenio a. C.) hasta la caída de Babilonia ante las persas en el año 539 a. C. Entre ambas fechas se desarrollaron las civilizaciones sumeria, acadia, babilonia (o caldea), casita, hurrita (Mittani) y asiria (arte asirio).
Características de la escultura mesopotámica
Son poco expresivas y tienen los ojos almendrados y muy abiertos. Suelen ser las representaciones de dioses, figuras mitológicas, reyes y altos funcionarios. No guardan proporciones entre la cabeza y el cuerpo.
Al no contar con piedra en abundancia, la escultura fue un artículo de lujo y a la calidad reservado solo a las élites, realizándose las piezas sobre materiales suntuosos como el marfil o el ámbar. Las representaciones de animales fueron más realistas que las humanas, siendo estas últimas muy robustas y llenas de fuerza.
Por lo general, estas esculturas presentaban una desproporción respecto al cuerpo, cuya temática principal se relacionaba con retratos de dioses, así como reyes y altos funcionarios.
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