Cuando el vapor de agua asciende se enfría y se condensa en forma de pequeñas gotas, que forman las nubes. Esta gotas de agua queda flotando en el aire porque son muy pequeñas y ligeras. Pero si la temperatura continua enfriándose entonces la condensación aumenta y unas gotas se juntan a otras produciéndose entonces precipitación que por la misma gravedad de la Tierra cae en forma de lluvia.
Cuando la temperatura del aire es muy baja la precipitación no se produce en forma de agua sino con apariencia de nieve, ya que los cristales de hielo que hay en las nubes no se funden al caer sino que se juntan unos a otros formando copos de nieve. Hay varios tipos de precipitación nival, la nevada o precipitación en forma de copos de nieve, y la aguanieve, una precipitación de nieve parcialmente fundida y mezclada con agua.
(Vídeo sobre la formación de un copo de nieve)
Cuando los cristales de hielo son arrastrados hacia arriba por el aire aumentan de tamaño hasta que por su peso caen como granizo.
La niebla no se considera precipitación sino una forma de condensación.
La cantidad de precipitación se mide con un aparato llamado pluviómetro.
En los mapas la cantidad de precipitación caída se representa mediante isoyetas, o líneas que unen puntos con la misma precipitación. La cantidad de precipitación se mide en mm o en l/m2.
Isoyetas que indican la precipitación anual |
Las precipitaciones suelen ser más abundantes en las zonas ecuatoriales (donde se produce una elevada evaporación), en las zonas tropicales húmedas, en las zonas templadas cercanas al mar, por los vientos húmedos procedentes del océanos, y en las zonas costeras próximas a corrientes cálidas.
En tierra según sea la cantidad de precipitación caída decimos que han sido muy abundantes, abundantes, moderadas, escasas o muy escasas.
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